Conociendo Praga

Este recorrido no lo hicimos solos, los amigos de Supreme Praga nos acompañaron.

Nos vinieron a buscar muy temprano por el hotel para poder aprovechar al máximo nuestra visita.
Nuestra guía nos fue contando al detalle la historia de esta ciudad ubicada en el centro de Europa.

Comenzamos con un paseo en uno de los autos vintage de la ciudad, durante una hora y a una velocidad que permite un primer encuentro con la belleza que la caracteriza.
El frio no nos acobardo y sin darnos cuenta conocimos este lugar de encanto sobre ruedas. Pasamos por el Rio Moldava contemplando las esculturas y puentes en toda la ciudad vieja.
Praga es una ciudad de edificios bajos muy coloridos, calles angostas y empedradas.
Descubrimos la Casa Danzante, una construcción muy moderna que fue motivo de queja por no llevarse bien con el resto del estilo tradicional de la ciudad. Hoy en día es muy visitada y hasta dispone de un restaurante en el piso más alto para poder contemplar unas vistas inolvidables.
Es momento de caminar, nuestra primera parada fue en el complejo del Castillo de Praga. Pese a los sucesivos incendios e invasiones, es uno de los más notables, suntuosos y emblemáticos vestigios del gran pasado histórico, cultural y social de la ciudad.

Continuamos por La catedral de San Vito, este templo de culto católico te deja sin palabras solo al verlo. es la mayor muestra del Arte gótico de la ciudad allí descansan santos como San Vito, Venceslao y San Adalberto también se encuentra el tesoro de la nación.

Es un lugar importante en la historia del país ya que aquí fueron coronados todos los reyes de Bohemia.

Este fue construido en 1344 por orden de Juan de Luxemburgo pero en 1419 las obras tuvieron que detenerse por la rebelión de los husitas. Fue recién en 1929 la catedral abrió finalmente sus puertas.

Luego de visitar el recinto del castillo comenzamos camino a la ciudad, pero frenamos unos minutos a contemplarla desde lo más alto.

El callejón de oro es una estrecha callejuela con pequeñas casas de colores, está allí es como formar parte de un escenario de cuentos de hadas.

Este lugar se encuentra detrás del castillo del emperador Rodolfo II, el mismo fue construido para los guardias que protegían el castillo. También según la leyenda el emperador había traído a vivir al alquimista de la corte que trabajaba para el para que intentara convertir metales en oro y quizás de allí nace el nombre.

Con el tiempo varias casas fueron destruidas y solo catorce quedaron. Los guardias ya no se necesitaban y otras personas las ocuparon como artistas, artesanos. Uno de los ocupantes más famosos fue Franz Kafka, en la casa número 22 tan solo un año entre el 1916 y 1917. Dicen que ese tiempo le sirvió de inspiración para su obra El Castillo.

Después de la guerra, las casas del Callejón del Oro fueron nacionalizadas y entre 1952 y 1955, restauradas y pintadas. Actualmente albergan tiendas de recuerdos.

Llegamos a la isla de Kampa ubicada en el distrito Malá Strana y es uno de los rincones más románticos que tiene la ciudad. La misma está situada a pocos metros del Puente de Carlos. Allí visitamos El puente de los candados, un pequeño canal donde, como en muchas ciudades de Europa, las parejas colocan un candado para que el amor los acompañe siempre.

De camino nos encontramos con la Vinarna Certovka, una calle muy angosta considerada la más pequeña del mundo. La misma tiene un semáforo para poder subir y bajar ya que solo permite el lugar para hacerlo uno detrás del otro.

Continuamos por El museo de Franz Kafka, donde se exhiben primeras ediciones de sus libros y objetos relacionados con su vida. En la puerta nos encontramos con Los Meones de David Cerny, dos esculturas con cintura articulado que orinan sobre el mapa de la Republica Checa. Los mismos escriben nombres de personalidades famosas y hasta disponen de un número de teléfono que al enviarle un nombre por sms el turista se puede divertir viendo como lo dibujan en el agua.

El imponente Puente de Carlos es el más antiguo de la ciudad y el segundo más antiguo de toda la República Checa. Construido en 1742 fue el primero en unir ambas partes de la ciudad atravesada por el Moldava.

Comenzamos la caminata y nos encontramos con varias esculturas que fueron colocadas entre 1683 y 1724. Muchas de estas estatuas no son las originales, las mismas se encuentran en el Museo Nacional de Praga.

La primera estatua que adorno el puente fue la de San Juan Nepomuceno, Un párroco que murió torturado por el Rey de Praga y su cuerpo arrojado al río Mondalva por no decirle al rey las confesiones de su esposa.

Cuenta la leyenda que quien le pide un deseo poniendo la mano izquierda en la base de la estatua este será concedido, nosotros lo hicimos a ver si se cumple y regresamos.

A lo largo del paseo por los casi 500 metros encontramos vendedores ambulantes y artistas que le ponen música al recorrido.

Al final del puente se encuentra La Torre de Pólvora, que es la única que queda en pie de las 13 que se habían construido como muralla para proteger la ciudad. Esta torre de estilo gótico se construyó en 1475 y es todo un icono de Praga.

El recorrido termina en la Plaza de la ciudad vieja al pie del reloj astronómico en la Alcaldía. Allí dedicaremos un tiempo para esperar el cambio de hora. Fue inaugurado en 1410 y hoy se ha convertido en una de las atracciones más importantes de la ciudad. A cada hora en punto da un espectáculo con diferentes figuras en movimiento representando pecados capitales. Por ejemplo, un esqueleto con un reloj de arena que representa la muerte, un hombre tocando la mandolina representando la lujuria, un señor con un espejo que simboliza la vanidad y un comerciante con una bolsa con dinero representando la avaricia.

Sobre la esfera hay dos ventanas lo que da comiendo al “paseo de los apóstoles”

Si llegas temprano a la plaza hay muchos bares para disfrutar de un café mientras esperas que se haga la hora para disfrutar esta atracción.